~aceptándolo todo~

Hoy, en la esperanza, optamos por aceptar las cosas, todas, tal y como son; sin justificarlas, sin dobles caras, sin berrinches. Creemos que al ser más hospitalarios con las cosas que la vida sabia nos ofrece nos aseguraremos de que no recibiremos estas cosas a la fuerza, al menos no se sentirá así.

Esperamos contar con la recomendada presencia de Mistress D. (la personificación de la desensibilización: proceso natural que hace que las cosas dejen de maravillarnos como la hacían en un principio, como una canción que después de escucharla varias veces nos empezará a aburrir), que prometió aceptar un papel heroíco por primera vez en su vida; la idea sería que compartiera algo de su tiempo con las cosas malas, eventualmente robándoles su impacto.

Asì es, habríamos de tenderle una trampa a las cosas malas de la vida, al dejarlas pasar con tanta... hospitalidad, pero... sería ésta falsa o verdadera? confío en que este factor definitivamente afecta el desenlace de nuestro experimento...
Si fuera falsa seríamos demasiado hipócritas, no sólo eso, sino que también nos estaríamos condenando al fracaso, ya que la falta de confianza en el plan es la única razón por la cuál éste no se molestará en funcionar.

Desafortunadamente es imposible que nuestra hospitalidad sea real, ya que en el fondo nuestras intenciones son claras... engañar a los aspectos malos de esta vida. Es aquí donde se vuelve preciso cuestionarnos a nosotros mismos... ¿Confiamos en un mundo donde el bien y el mal coexisten armoniosamente? o ¿lo único que siempre hemos querido ha sido exterminar el lado malo de la vida?
Si la segunda opción es la nuestra significa que estamos perdidos, por culpa de la calidad de 'inherente' que tanto presume el lado malo de la vida.
En cambio si tenemos esperanza podemos dejarnos de trampas e hipocresias, aceptar todo en nuestras vidas, necesariamente tratar de convencernos de que en realidad las cosas malas también pueden resultar benéficas, o al menos necesarias.