En costumbres nos criamos
Esta vez decidí ir directo al grano, no por eso lo dejaré sin aderezo. El ser humano es como cualquier aparato electrónico, lo puedes programar; la única diferencia es que reprogramar a una persona no es igual de fácil, se necesita más tiempo y esfuerzo. Y se logra a través de cambiar sus costumbres, y las tenemos tan arraigadas, porque las practicamos con disciplinada cotidianidad. Basta con poco a poco acostumbrarnos a otra cosa, poco a poco dejar cualquier costumbre perniciosa que tengamos. El rico recorre lugares lujosos, y los recorre con naturalidad. El pobre se pasea por barrios peligrosos, y se pasea como si nada. El primero come lo normal, lo ideal, a veces más; pero nunca come poco, porque eso no lo satisface. El segundo come lo que hay, que está lejos de ser ideal, que a veces no es nada; pero lo agradece, a pesar de que no lo deje precisamente satisfecho, le quita el hambre, porque su estómago está acostumbrado a no comer mucho. Si de la noche a la mañana